Seguridad energética en packing y refrigeración: cómo evitar pérdidas millonarias
En la agroindustria, el tiempo no se mide en relojes sino en grados, minutos de frío y horas de operación. Una falla eléctrica en pleno proceso de packing o durante la refrigeración de fruta fresca puede arruinar no solo la producción del día, sino contratos completos de exportación. Basta un corte inesperado para que un contenedor de palta, cerezas o uvas quede fuera de la cadena de frío y pierda la certificación de calidad exigida por mercados internacionales.
Estas situaciones no son hipotéticas: ocurren todos los años en distintas plantas de Chile y Latinoamérica, con pérdidas que fácilmente alcanzan cifras millonarias. La pregunta clave es: ¿qué tan preparada está tu operación para evitarlo?
El frío como activo estratégico
El sistema de refrigeración en la agroindustria es mucho más que un gasto de energía: es el activo que protege la fruta. Mantener temperaturas estables no es opcional. Un desvío de apenas dos grados puede afectar la textura, el color y la vida útil del producto. En mercados como EE.UU., Europa o Asia, donde los controles de inocuidad son cada vez más estrictos, un lote rechazado no solo significa pérdida de producto, sino también cuestionamientos a la trazabilidad y a la reputación de la empresa.
En este escenario, la seguridad energética se convierte en una estrategia de protección de negocio. No basta con invertir en cámaras de última generación o túneles de enfriamiento de alta capacidad. Todo ese esfuerzo puede desplomarse si no existe una infraestructura eléctrica confiable, con respaldo, monitoreo inteligente y planes de mantenimiento predictivo que garanticen continuidad en cada eslabón de la operación.
Westfalia Fruit
En SmartClarity conocemos bien esta realidad. Westfalia Fruit, uno de los grandes actores agroexportadores de fruta fresca, enfrentaba el desafío de mantener la estabilidad energética en un packing con altos requerimientos de frío y operación continua. Los riesgos eran claros: variaciones de voltaje que podían dañar equipos críticos, interrupciones que ponían en peligro contenedores listos para despacho, y un consumo eléctrico en aumento por la presión de los volúmenes de exportación.
Nuestro trabajo fue integrar soluciones de regulación de voltaje, respaldo UPS de doble conversión y monitoreo IoT en tiempo real. Esto permitió anticipar desviaciones y corregir antes de que se transformaran en fallas. El resultado fue tangible: reducción de riesgos operativos, continuidad en la cadena de frío y mayor confianza en la trazabilidad exigida por los compradores internacionales .
Westfalia no solo aseguró su operación inmediata, también dio un paso adelante en sostenibilidad y gestión ESG, al contar con evidencia clara de eficiencia energética y control de variables críticas.
Continuidad eléctrica: más allá de los generadores
Un error común en la agroindustria es pensar que basta con un generador de respaldo para garantizar continuidad. La experiencia en terreno demuestra lo contrario. La continuidad real depende de un ecosistema eléctrico integrado:
Reguladores de voltaje y UPS de doble conversión, que absorben variaciones y protegen equipos sensibles como compresores y túneles de enfriamiento.
Bancos de condensadores electrónicos, que estabilizan la calidad de energía y evitan multas por bajo factor de potencia.
Monitoreo IoT en tiempo real, que convierte datos dispersos en alertas accionables, anticipando desviaciones antes de que se conviertan en fallas.
Mantenimiento predictivo, basado en análisis de patrones y datos históricos, que optimiza la vida útil de los equipos y reduce costos inesperados.
Es este conjunto de soluciones, aplicado de forma estratégica, lo que permite que un packing no se detenga, incluso frente a tormentas eléctricas, cortes de suministro externo o variaciones de carga durante la temporada alta.
Aprendizajes desde otras industrias
Lo que ocurre en agroindustria tiene paralelos claros en sectores donde SmartClarity ya ha trabajado con éxito.
Clorox destacó la calidad técnica y humana de nuestro equipo, reconociendo la capacidad de resolver con precisión desafíos eléctricos en entornos altamente regulados.
Magotteaux, dedicada a la metalurgia, confió en SmartClarity para restablecer su servicio eléctrico tras un temporal que amenazaba con detener toda la producción.
La lección es clara: los riesgos climáticos y externos son inevitables, pero la capacidad de recuperación rápida depende de la preparación previa.
Estos casos refuerzan que la continuidad eléctrica es transversal: la agroindustria comparte con la minería, la manufactura o la salmonicultura la misma necesidad de no detener nunca sus operaciones críticas.
Normativa, trazabilidad y sostenibilidad
El factor normativo también suma presión. Más de 1.200 empresas en Chile deben cumplir la Ley de Eficiencia Energética y demostrar reducción sostenida en su consumo. En la agroindustria, esto se combina con los estándares internacionales de trazabilidad ESG: los compradores exigen que las exportadoras demuestren cómo gestionan su consumo eléctrico, cómo aseguran la continuidad de frío y qué planes tienen frente a contingencias.
Una interrupción eléctrica que arruina un lote no solo genera pérdida económica: deja en evidencia la falta de control frente a reguladores y clientes. Implementar auditorías energéticas periódicas y sistemas digitales de gestión no es un lujo, es un requisito para competir en los mercados globales.
Inteligencia energética aplicada a la agroindustria
Aquí la tecnología se vuelve aliada. Soluciones como eClariti, spin-off de SmartClarity, permiten monitorear en tiempo real variables críticas: energía, agua, combustibles y hasta condiciones operativas específicas de cada planta. En el contexto agroindustrial, esto significa que el gerente de operaciones puede saber, desde cualquier lugar, si las cámaras de frío mantienen la temperatura objetivo, si los compresores están bajo estrés eléctrico, o si existe riesgo de penalización por consumo en hora punta. Esa visibilidad no solo previene fallas, también facilita la toma de decisiones estratégicas de inversión y mantenimiento.
Conclusión: proteger el negocio antes de que ocurra la pérdida
En la agroindustria, cada temporada es una apuesta millonaria. Los productores invierten meses en cultivar, cosechar, embalar y transportar fruta fresca con un objetivo: llegar en perfectas condiciones al mercado final. Un corte eléctrico en el momento equivocado puede destruir todo ese esfuerzo.
La seguridad energética no es un costo adicional, es un seguro contra pérdidas. Empresas como Westfalia Fruit lo han entendido: invertir en continuidad eléctrica y monitoreo inteligente no solo protege el presente, sino que abre puertas en mercados que exigen confiabilidad y trazabilidad.
SmartClarity está allí para acompañar a las agroindustrias en este camino. Con más de 300 proyectos implementados, más de 1.000 activos monitoreados y la confianza de clientes en sectores críticos, ofrecemos ingeniería eléctrica de alta especialización, soluciones digitales y experiencia en terreno.
La pregunta es simple: ¿tu packing y refrigeración están preparados para resistir el próximo corte eléctrico?

